Todos tenemos una historia emocional, que se deriva de cada acontecimiento, de cada etapa, persona o situación que nos toca enfrentar en la vida, y nos puede dejar heridas emocionales, cuando algo no es como lo imaginamos o cuando nos causa dolor
Todo deja una huella emocional positiva o conflictiva, pero si se transforma en una herida emocional, podría llegar a tomar posesión de nuestra mente, haciéndonos caminar con destellos de amargura.
Ahora la pregunta que tenemos que resolver es fácil de plantear, pero, por la carga emocional de nuestras heridas, podríamos creer que es difícil de responder, vamos a esta pregunta, es para vos, quiero que te tomés el tiempo para pensarla muy bien ¿dónde nacen tus heridas emocionales?
Para responderla, ten presente lo que te ha tocado vivir, pero, fundamentalmente tu posición ante lo que te ha tocado vivir. Creo que, para responder esta pregunta, hay que pensar un poco en ambos ejes.
Claro que hay situaciones que definitivamente son injustas y dolorosas, lo queramos o no, nos tocan el alma, nos causan un profundo dolor, pero si a esto le agregamos que no pocas veces es nuestra resistencia a entender el dolor, como un proceso de transición, como un acontecimiento más de nuestra historia, lo que le da más peso a todo esto.
El dolor, no es un estilo de vida, es un proceso de aprendizaje que tiene que ser abrazado para lograr sanar nuestras heridas emocionales, lo queramos o no, nos toca superarlo, no hay otro camino.
Si comprendemos la fuente del dolor, cómo se manifiesta y en qué nos afecta, podemos trazar una ruta de recuperación. Quizá podás tomar un tiempo par leer este otro tema: https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/actitudes-hacen-dificil-la-vida/.
En este artículo, quiero comentarte 10 cosas que nos pueden ayudar a entender cómo hacer un proceso de sanación sobre nuestras heridas emocionales, porque, a fin de cuentas, no podemos evitar los acontecimientos dolorosos en la vida, pero si podemos definir ¿cómo será nuestro tránsito en medio de los momentos difíciles, para que el dolor no se transforme en sufrimiento y la herida se mantenga abierta día a día, año tras año?
Primero, no hay que resistirse al dolor.
Cuando la situación llega, una de las primeras reacciones es resistirnos al dolor, esto nos pone en conflicto, no sólo con la situación, si no con nuestra historia.
Cuando el dolor llega, toca vivirlo, sentirlo, abrazarlo, caminar con el, en una primera etapa, ¿por qué? Bueno, esto permite expresar muchas emociones y no reprimirlas.
Todos tenemos derecho a experimentar este proceso de dolor, el reto es que no controle nuestra mente, que no se apoderare de nuestro lenguaje, o llegar a desmoronar la motivación, para inducirnos a la frustración.
Es necesario no resistirse al dolor, menos entrar en negación, esto sólo perpetúa esta experiencia, en el tanto la situación es real, llegó, se presentó, no la podemos evadir.
¡Cuanto más te resistás al dolor, más aguda será la sensación de desesperación!
Segundo, frente al dolor, recordá que sos un ser humano.
Con esto lo que quiero decir es que no necesitamos convertirnos en súper héroes, o seres humanos heroicos, que frente al dolor deben asumir una posición en la que pretendan pasar ahí, diciéndose a sí mismos “no es importante”, “no duele”, “no es nada”.
Creo que esto es falso, cuando algo genuinamente nos duele, tenemos derecho a sentir miedo, angustia, tristeza, desesperación. Tenemos derecho a pensar que vamos a cerrar los ojos y desaparecer, cuando el dolor llega tenés derecho a sentir tristezas profundas en el alma.
Es importante reconocer nuestra debilidad, porque esta vulnerabilidad es la que nos permite caminar en medio del dolor hacia la humildad para poder decirle a otras personas “necesito ayuda”, “no puedo solo”.
Esto es parte del proceso de sanación del dolor en la vida. Reconocer nuestra incapacidad momentánea, para enfrentar un proceso doloroso nos hace profundamente fuertes, en el tanto nos abrimos a apoyarnos en los demás. Esto nos puede reconectar con la esperanza:
- Primero con la comprensión del dolor.
- Segundo con las implicaciones que el dolor tiene en nuestra vida.
- Tercero con la sabiduría emocional, que se deriva de la escucha prudente de aquellas personas que se pueden convertir en nuestro faro, en medio de las aguas tenebrosas cargadas de niebla que llegan cuando sentimos dolor.
Tercero, ser fuertes no es sinónimo de inexpresión emocional.
Un error frente a nuestras heridas emocionales, es creer que ser fuerte está asociado a no llorar, a no hablar o a decirnos todos los días “todo bien”, mientras por dentro hay un hervidero emocional que nos desgarra el corazón y nos ha hecho trizas nuestras fuerzas.
La fortaleza emocional no tiene que ver con expresión emocional, la fortaleza emocional está asociada a la capacidad de entender el dolor, no resistirse a expresar nuestras emociones, pero a la misma vez tener la valentía y la capacidad de levantarse todos los días, cumplir con nuestros deberes y obligarnos, para encontrar otras motivaciones.
Este proceso, poco a poco desplaza el dolor, aunque en una primera etapa este desplazamiento, nos resulta a veces angustiante y poco agradable, pues vemos todo en negativo. Te amplío es tema en este artículo: https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/efectos-negativos-mente-negativa/.
Ser valientes es tener la capacidad de avanzar, es tener la capacidad de dejarse guiar, ser valiente implica obligarnos a avanzar, aunque nuestro corazón quiera estar estancado mirando hacia atrás.
Cuarto, aprender a reconocer el origen de la herida emocional.
El dolor en la vida, puede ser derivado de un evento o una persona en nuestra historia, hay que entender primero, si está herida se deriva de acciones que vos como persona has construido, o si se deriva de un acto de otro ser humano en tu vida.
Si es tu responsabilidad lo que esta pasando, el dolor se agrava cuando te sentís culpable, tonto y te convertís en tu peor enemigo, y te cobrás la factura una y otra vez.
Tenés que perdonarte y para ello hay que asumir que te equivocaste y empezar a mirar hacia delante, asumiendo las consecuencias, pero mirando hacia delante sin culpas que te paralizan.
Segundo si esto se deriva de la acción de otra persona en tu vida, no hay que desgastarse preguntándonos ¿por qué lo hizo? ¿qué pasó con él o con ella? ¿por qué actuaron mal?
Te dolió la acción de otro u otra en tu vida, ahora a poner límites, tomar decisiones, evaluar si se puede perdonar para continuar la historia con esta persona y avanzar.
No podemos estar ahí, dándole vuelta todo el tiempo, la gente actúa mal muchas veces, con mala intención, otras veces por torpeza, pero a partir de esta experiencia simplemente tenés que tomar una decisión ¿seguís o nó con esta persona en tu vida? ¿te hace feliz? ¿te causa profundas frustraciones?
Si la persona no te hace bien entonces, avanzá o terminás estancado en preguntas sin respuesta.
Quinto, en la negación la herida se hace más grande.
Llega un momento en el que nosotros no podemos negar la existencia de la herida y sus consecuencias, el cómo nos afectó, de qué manera nos afectó, y cómo esto tal vez cambió el curso y dirección de nuestra historia.
En algún momento es importante decir, simplemente decir “ya no puedo más”, hay que seguir para adelante, asumir las pérdidas y reconocer estos huecos emocionales como espacios para nuevas experiencias, para nuevas personas, todo orientado a crear espacios para poder volver a ser felices.
Si nos estancamos en el dolor y en la lamentación, vamos a estar pegados en una profunda, clara y recurrente resistencia a salir adelante ¿en qué te ayuda estar así?
Si seguimos llorando por lo que ya se perdió, por lo que ya no está, definitivamente lo nuevo no va a llegar a nuestra vida, porque no le abrimos espacio, no abrimos los ojos a mirar con realismo.
Quedarnos clavados en esta etapa angustiante es absurdo, añorar lo que ya no se puede tener, añorar lo que ya no está, no tiene sentido alguno en nuestra historia, el reto es no seguir sufriendo por lo que pasó, lo que te toca es ponerte a trabajar, avanzar, crear nuevas cosas, para sustituir el dolor de forma progresiva.
Sexto, lo que te causa dolor es importante, pero reconstruirse es aún más importante.
Es cierto hay una herida, es real, lo has sentido, pero toda tu energía no puede estar orientada a contemplar la herida, hablar de ella, estimular la hemorragia emocional ¿cuánto tiempo llevás así? ¿esto te ha ayudado a sanar?
Vos tenés que asumir, en realidad deberías concentrarte en lavarte la herida, suturarla, para ello lo que tenemos que hacer es obligarnos a un proceso de construcción, que tiene que implicar dejar de hablar, dejar de llorar, pues en caso contrario, el dolor se transforma en sufrimiento.
Podés seguir sintiendo el dolor, pero tenés que darte la oportunidad para desarrollar nuevos proyectos, abrirte de nuevo a otras personas en tu vida, quizá podas encontrar en ellas una guía y una clara disposición para orientarte, para ayudarte a salir adelante.
El reto es tuyo, te toca a vos trabajar, para desarrollar la voluntad de seguir avanzando, que al final es lo que te hace valiente y capaz de reconstruirte, para luego vivir en aceptación, comprensión y desarrollar un amplio sentido de responsabilidad para con tu historia.
De esta forma se pueden crear cosas nuevas, ni mejores, ni peores, nuevas, no como un parche ante el dolor, sino como un nuevo camino para empezar tantas veces como sea necesario, así se sana una herida, así se cicatriza el alma, avanzando sin reparo.
¡Qué tal si pasás por este otro tema! https://rafaelramoscr.com/desarrollo-personal/aceptar-critica-constructiva/
Sétimo, cuánto tiempo perdido rindiéndole tributo a tu pasado.
Ésta claro que no es sencillo, pero muchas personas caminan con esta lógica:
- “Cuando yo me sienta mejor voy a hacer algo diferente”.
- “Más adelante veré que puedo hacer”.
- “Cuando todo esto pase voy a retomar mi vida”.
Así, apegados a cosas sin sentido, caminamos con esperanza de que un día vamos a despertarnos y el dolor habrá desaparecido, la herida se habrá sanado, el aprendizaje brotará por sí solo de forma mágica.
Este es un grave error psicológico, mientras estemos contemplando el dolor, viendo pasar los días, las semanas, los meses, los años, esperando que de un día a otro recuperemos nuestras fuerzas, nuestra motivación, la pasión por la vida, la ilusión y las ganas de trabajar, pensado así nada se va a resolver.
En la vida las cosas se hacen o no, si caminamos con este saco, solo nos vamos a agotar, tenemos que ir sacando cosas que ya no tienen sentido, para luego colocar cosas que tengan mayor sentido en el presente.
Cuando nos damos cuenta, con la lógica de avanzar, poco a poco estos acercamientos a lo bueno, nos ayudan a sustituir todos los componentes de nuestra herida emo
cional, de esta forma podemos levantarnos y decir “mira realmente me siento mejor, creo que lo supere” por qué, bueno te diste a la tarea de hacer una sustitución.
Octavo, buscar la fórmula mágica para superar el dolor.
Otro error psicológico importante es asumir el dolor y estar preguntándole a la vida cómo lo resuelvo, preguntándole a otras personas qué tengo que hacer, buscando leer libros que me digan este es el ABC para resolver.
Podría ser que esto te de muchas recomendaciones interesantes, pero no hay una fórmula mágica, simplemente las cosas funcionan o no funcionan, a lo que me refiero es que el dolor no se resuelve como una bolsa de palomitas que se mete al microondas, se calienta unos minutos y de un momento a otro dejan de ser simples granos de maíz y se transforma en otra cosa.
No hay recetas, no hay fórmulas, simplemente tenemos que avanzar, tomando la decisión de hacer las cosas bien, habrá buenos días y malos días, momentos más duros que otros momentos, días con una profunda motivación y otros en los que queremos tirar todo por la borda.
La palabra clave es avanzar con dudas, avanzar con miedo, avanzar con angustia, avanzar con la mirada puesta en nuevos objetivos, nuevas experiencias, nuevas decisiones, que replanteen toda nuestra historia.
No hay una fórmula mágica, no la podés buscar para recuperarte del dolor, sólo existe la magia de tus decisiones, la magia que forja nuevos caminos a partir de que tomas la decisión de dar pasos concretos, que te permitan, a partir del dolor remodelar toda tu existencia.
¿Cuánto tiempo has pensado en resolver? ¿Cuándo lo vas a enfrentar? Te ayudo a pensar en esto con este video:
Noveno, la vida es así.
Creo que es importante frente al dolor contemplar esta posibilidad, la vida es así, enfrentamos dolores que nos causan heridas emocionales, lo normal es preguntamos
- ¿Por qué me pasó esto a mí?
- ¿Por qué el destino la tiene en contra mía?
- ¿Por qué la vida me hace esto?
La vida es así y si a ella le sumamos nuestras decisiones, más las de otras personas, se hace un cóctel que simplemente nos pone frente al dolor.
La vida es así, hay que enfrentar la historia que nos tocó vivir, el dolor es un capítulo que tenemos que terminar de leer y resolver, para iniciar otro nuevo.
No es posible cerrar una herida cuando entramos en conflicto con la historia y creemos que una fuerza superior a nosotros está en nuestra contra.
Tenés que entender que la vida es así, es tu obligación convertirte en alguien capaz de desarrollar un acercamiento con vos mismo(a), para enfrentar cada capítulo oscuro de tu vida, esto te va a ayudar a desarrollar las herramientas para sanar las heridas, a que me refiero:
- Voluntad firme.
- Apertura para escuchar el consejo y la crítica de los demás para aprender.
- Apertura para abrazar el dolor como una oportunidad de crecimiento.
- Capacidad para tomar decisiones.
- Tenacidad y compromiso, sentido de responsabilidad.
En fin, todo lo que sume para bien, pero todo asumido con conciencia, convicción, constancia, sin tanta complejidad.
Hay momentos en los que hay que cerrar ciclos, te invito a escuchar este audio, te amplio este otros conceptos:
Décimo, no permitas que la herida te desgarre el alma.
Es importante considerar la posibilidad real de buscar ayuda, hacer terapia, buscar un proceso que nos dé una guía y orientación de cómo superar la situación.
Hay cosas que pasan, que desploman toda nuestra voluntad y recuperarse no es sencillo, buscá ayuda cuando te des cuenta de que se te está haciendo difícil encontrar una vía de solución, o un nuevo camino para tu recuperación.
Lamentablemente hay personas que duran años clavados en la tristeza, en el dolor y buscan ayuda cuando la crisis los desborda, los agobia y es hasta este momento que damos el paso.
Esto es un grave error, porque se pierde mucho tiempo en la vida sufriendo, cuando el reto que tenemos es vivir entendiendo lo sucedido, descubrir nuestras virtudes, y no negarnos la oportunidad de decir “no puedo, no sé qué hacer”, buscá ayuda, esto te hace valiente y profundamente prudente.
Espero que esta reflexión te motive a enfrentar este proceso, que te ha robado la paz por tantos años, espero que este artículo te motive a tomar la decisión de buscar una nueva dirección para tu historia, y que desde ahí empecés a abrirte paso a la esperanza, a la fe que se derivan de una mente abierta y un corazón dispuesto.
Te deseo lo mejor en este camino de sanación, si te gustó el artículo te pido que lo compartás en tus redes sociales y por favor déjame tus comentarios, un fuerte abrazo.
4 Comentarios. Dejar nuevo
Muy buenas noches doctor me encanta leer sus artículos me hacen tanto bien y me dan fuerza para seguir adelante.
Hola Rosana, me alegro mucho que el contenido que les comparto en mi blog haya sido ed gran ayuda para tu vida ya que esa es la finalidad de esta comunidad, muchas gracias por estar acá y por leerme, te envío un fuerte abrazo, saludos.
Me llevo ideas muy claras: aceptar y comprender mi herida, comenzar un proceso consciente de reconstrucción para ir desplazando el dolor poco a poco. Gracias miles.
Hola Sonja, me alegro demasiado de que el contenido que encontraste en este espacio te haya servido para poder aclarar tus dudas y comprender mejor acerca de las cosas que podrías mejorar para ir construyendo una mejor versión de vos misma, gracias por estar acá y por pertenecer a esta comunidad, un fuerte abrazo saludos.